Desarrollo
¿Que es un Modelo Economico?
Un modelo económico es una representación simplificada de la relación entre distintas variables que explican cómo opera la economía o un fenómeno en particular de ella. Por ejemplo la variación del precio de un producto en un mercado específico.
Utilizacion de los Modelos Economicos
Los modelos económicos permiten estudiar fenómenos complejos y hacer predicciones acerca del comportamiento futuro de las variables. Dado que la realidad es muy compleja, el modelo se centra en capturar slo las variables más relevantes del fenómeno estudiado. Permitiendo, de este modo, una mayor comprensión y simplicidad.
En otras palabras, si intentáramos estudiar un fenómeno incluyendo la totalidad de las variables involucradas, el estudio se haría inmanejable. La realidad es compleja y nuestro entendimiento de ella limitada.
Los modelos económicos se basan en supuestos simplificadores acerca de la relación de las variables. Sus principales usos son:
- Entender la relación entre las variables económicas (formular y comprobar hipótesis).
- Diagnóstico de una situación o fenómeno en particular.
- Pronóstico del comportamiento futuro de las variables.
- Diseño de políticas económicas.
El modelo económico venezolano
Lo que en Venezuela se denomina
el modelo económico hace referencia a un conjunto de medidas que adoptó la
administración del presidente Chávez entre 1999 y 2012, pero con especial
énfasis desde 2007, cuando se estatizaron un conjunto de empresas. Ese año
resulta clave para comprender la reconfiguración de la economía venezolana en
la medida en que el gobierno optó de forma clara por aumentar su papel no
solamente como regulador de la actividad económica, sino también como
propietario de los medios de producción.
Esto significó una acentuación de
las medidas que de forma gradual había venido implementando desde 2003. Tras la
derrota del paro petrolero de finales de 2002 y comienzos de 2003, el gobierno
acordó fortalecer el rol del Estado en la distribución de alimentos mediante la
creación de un masivo y costoso programa que tuvo como pivote la red Mercal, la
cual posteriormente se extendió con el establecimiento de la filial de PDVSA
alimentos denominada PDVDAL. A partir de allí, el gobierno da el salto hacia
una economía con una presencia determinante del Estado en áreas clave de la
actividad económica. No se trata de que antes el Estado no tuviese esa
presencia sino que desde ese año la misma se expandió y fortaleció de forma
visible y creciente.
Con ello quedaron atrás los
enunciados de los distintos programas económicos elaborados entre 1999 y 2002
donde se hablaba de la diversificación de la economía, de una economía
productiva con un importante papel por parte del sector privado con miras a
fortalecer la producción nacional y las exportaciones. Igualmente, a partir de
2003, el Estado entraría en una fase en la cual dejaba de un lado la
preservación de los equilibrios económicos y la sanidad de la política fiscal y
monetaria para imprimirle un curso peligrosamente expansivo a la política
presupuestaria y su consiguiente impresión de dinero para financiar el gasto,
todo ello en un contexto de controles de cambio y de precios.
Fue tan así, que en el Plan de
Desarrollo Nacional 2001-2007 se estableció como enunciado fundamental lo
siguiente: “El modelo planteado está vinculado con un sistema productivo
diversificado, competitivo, abierto hacia los mercados internacionales, basado
en la iniciativa privada y con presencia del Estado en industrias estratégicas,
pero con apertura a la inversión privada en el desarrollo aguas abajo del
tejido industrial; donde la productividad y eficiencia deben ser la base de la
rentabilidad empresarial”
Elaborado durante el año 2000,
ese plan no se propuso un cambio sustantivo en las relaciones de producción, ni
tampoco el cuestionamiento del sistema económico basado en la propiedad privada
ni mucho menos la estatización de la economía. Todo lo contrario, en un período
de seis años (2001-2007), se esperaba alcanzar una economía productiva,
diversificada y abierta a la economía mundial para crecer de forma estable.
Según el plan: “En el lapso 2001-2007, se sentarán las bases de un modelo
productivo capaz de generar un crecimiento económico autosustentable, promover
la diversificación productiva y lograr la competitividad internacional en un
contexto de estabilidad macroeconómica, lo cual facilitará una profunda y
diversa reinserción en el comercio internacional globalizado”.
Conviene precisar que en 2003 el
gobierno dio un paso adelante en el control estatal de la economía.
Efectivamente, como parte de su victoria política al derrotar el paro
petrolero, a partir de febrero de 2003 se establecen sendos controles de cambio
y de precios con el objeto de detener el drenaje de las reservas
internacionales del Banco Central de Venezuela (BCV) y las expectativas de
devaluación. A partir de allí, se cierran importantes espacios para la
actividad económica privada y se avanza de forma importante en el
establecimiento de un esquema de control económico y político sobre el sector
privado, para lo cual resultaron ideales las restricciones cambiarias y las
regulaciones de precios.
Mediante las primeras, se instauró un férreo
sistema de acceso a las divisas que, en una economía donde las empresas no
generan moneda extranjera, puso a depender el abastecimiento de materias
primas, insumos y pagos de sus compromisos externos, de decisiones unilaterales
del Gobierno. Ello es tan obvio, que a pesar de que las reservas
internacionales se recuperaron de forma importante desde 2005 hasta 2010, ha
seguido imperando el control de cambio. Por su parte, con el control de precios
el Estado pasó a incidir sobre el crecimiento, expansión y viabilidad
financiera de las empresas, toda vez que afectaba la rentabilidad de las
mismas.
Sobre la base de lo adelantado en
materia de control sobre las actividades económicas privadas, a finales de
septiembre de 2007, el gobierno lanzó el Primer Plan Socialista de la Nación,
conocido como el “Proyecto Nacional Simón Bolívar”, el cual se estructuró en
cinco ejes fundamentales: la nueva ética socialista, la suprema felicidad
social, la democracia protagónica y revolucionaria, el modelo productivo
socialista y la nueva geopolítica nacional.
Usando la fraseología
marxista-leninista, ya común en los documentos oficiales a partir de 2007, lo
relativo al modelo productivo socialista se enuncia de la siguiente manera:
“Con el fin de lograr trabajo con significado, se buscará la eliminación de su
división social, de su estructura jerárquica y de la disyuntiva entre la
satisfacción de las necesidades humanas y la producción de riqueza subordinada
a la reproducción del capital”.
De esta manera, entre los
objetivos fundamentales de ese modelo estaban la eliminación de la división
social del trabajo y su consustancial estructura jerárquica. A un nivel menos
abstracto, ese paradigma económico se encaminaría a la satisfacción de las
necesidades humanas antes que a la reproducción del capital. Es clara la
vocación estatista del modelo cuando se afirma que “El Estado conservará todas
las actividades que sean de valor estratégico para el desarrollo del país”. Un asunto
no menor en este tipo de enunciado es el relativo a qué entiende el gobierno
por “actividades que sean de valor estratégico”.
Aunque se abre espacio a la
acción del sector privado, en realidad el énfasis fundamental reside en la
acentuación del papel del Estado en la economía, tanto en su rol de productor
como de regulador. Ello es así porque todo el discurso del Primer Plan
Socialista se conforma sobre la base de una filosofía anti empresarial, acorde
con la mejor tradición marxista-leninista. La iniciativa privada es un
acompañante inevitable del socialismo, un socio incómodo pero del cual no es
fácil prescindir, ello porque aún con todo el peso del Estado en la economía,
inclusive en 2012, casi dos tercios de la fuerza de trabajo laboraba en el sector
privado.
En ese plan se conservan el
anclaje del tipo de cambio y el consiguiente sesgo anti exportador que
tradicionalmente ha tenido la política económica en Venezuela, al afirmar que
la creación de oferta exportable no petrolera será 3 posible solamente cuando
se hayan satisfecho las necesidades internas. Ese postulado liquida en los
hechos cualquier política de diversificación de las exportaciones porque
condena a los países a exportar exclusivamente los excedentes y ningún país
conquista mercados abasteciendo a sus clientes con lo que le sobra una vez que
ha consumido localmente.
La expresión política del
Proyecto Nacional Simón Bolívar fue la propuesta de reforma constitucional
promovida desde mediados de 2007, con la cual se procuró darle sustento legal e
institucional al modelo económico cuando ya Chávez había decidido instaurar un
sistema socialista en Venezuela. En particular, en el artículo 112 del citado
proyecto se planteaba que: “El Estado promoverá el desarrollo de un modelo
económico productivo, intermedio, diversificado e independiente, fundado en los
valores humanísticos de la cooperación y la preponderancia de los intereses
comunes sobre los individuales…”, todo ello con el objeto de crear “las mejores
condiciones para la construcción de una economía socialista”.
Ese cambio de modelo alteraría la
estructura de la propiedad y eso fue lo que se propuso el artículo 115 del
citado proyecto donde se establecían distintas modalidades de propiedad, a
saber: la propiedad pública, perteneciente a los entes del Estado, la propiedad
social, que nominalmente reposaría en manos del pueblo y la propiedad mixta
conformada por el Estado en conjunción con cualquier particular o entidad
colectiva.
En lo concerniente al manejo
macroeconómico, mediante el artículo 156, numeral 12, se pretendía autorizar al
Presidente de la República para “La regulación de la banca central, del sistema
monetario, del régimen cambiario, del sistema financiero y del mercado de
capitales; la emisión y acuñación de moneda” y en el artículo 236, numeral 13,
se incorporó que entre las atribuciones y obligaciones del Presidente de la
República la de “Administrar la Hacienda Pública Nacional, así como el establecimiento
y regulación de la política monetaria”. Con el artículo 321 se le otorgaba al
Presidente de la República la facultad de manejar las reservas internacionales.
De esta manera, se derogarían postulados básicos de buen manejo económico que
habían sido establecidos en la etapa pre-socialista de la revolución
bolivariana y que resultaban incompatibles con el nuevo ordenamiento que
intenta consolidar Hugo Chávez.
Comentarios
Publicar un comentario